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Oriundo de Istmina, Chocó, Colombia, músico, Autor del Himno del Municipio de Yondó, Antioquia, Autor del Himno del Colegio Luís Eduardo Díaz de Yondó, autor del Himno institucional del Colegio de San Miguel del Tigre de Yondó. Exconsejero departamental de Música y de Cultura de Antioquia, cofundador del Colegio El Oasis.

lunes, 5 de noviembre de 2018

CUÁNTO ESTÁS DISPUESTO A RECIBIR POR TU VOTO?

Escrito por: William Skey Figueroa Mosquera


Se aproximan los nuevos comicios del año 2.019 en el cual elegiremos  alcaldes, gobernadores, diputados y concejales; esta será una excelente oportunidad para medir la capacidad de reacción y de aprendizaje de nuestra gente. la historia nos muestra el alto grado de irresponsabilidad que ha existido en el electorado cuando se prestan a exigir y/o recibir dinero u otro tipo de prebendas para ejercer su derecho al voto, el cual se encuentra contemplado en la Carta Magna, en los siguientes términos:


“ARTICULO 103. Son mecanismos de participación del pueblo en ejercicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato...”


Es importante tener presente que es derecho y deber de todo ciudadano elegir a conciencia a sus gobernantes. De la calidad de nuestras decisiones en las urnas depende en gran medida el bienestar de todos.

¿Qué es el voto?

Por medio del voto, los ciudadanos elegimos a nuestros representantes. Se dice que votar es un derecho, ya que la Constitución le garantiza a todo colombiano mayor de 18 años, exceptuando a los integrantes de la fuerza pública, la facultad de participar en las elecciones por medio del sufragio. Del mismo modo, votar es un deber ciudadano en tanto todos tenemos la responsabilidad de participar en la vida pública. Esto significa que, si bien el voto no es obligatorio, la democracia necesita de ciudadanos que participen y validen las decisiones de interés general.

A pesar de ser un derecho, la participación electoral ha perdido su status de conciencia para convertirse en un negocio sucio y en ocasiones maloliente en el cual se comercia con la democracia poniendo en primer lugar los intereses del momento y desconociendo lo que implica el elegir irresponsablemente a un personaje por un miserable "plato de lentejas".


Ha pensado usted cuánto puede valer su voto? ¿Cuánto estaría usted dispuesto a recibir por ejercer su derecho constitucional a elegir? ¿Qué sucedió con la teja de Eternit de la campaña pasada, o los cien ladrillos? ¿Fue suficiente un saquito de mercado, el pago del recibo de la luz o de la fórmula médica?

Amigo, amiga: si usted comprendiera el valor de un voto, jamás se prestaría a patrocinar personas malintencionadas que sólo buscan anclarse en el poder par continuar con las mismas políticas de despilfarro y abuso que sólo traen ruina, miseria y dolor al pueblo.

Les invito a que decidan su futuro y el de sus hijos haciendo uso responsable de su derecho legal a escoger a quienes quieren que administren lo que legalmente les pertenece a ustedes.

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